Un ángel de la cocina, Mercedes Romero de Sisirucá.
Julio Querales.
Memorias. El Caroreño. 12 de junio de 2011. Pag 18.
A Mercedes Romero, Ángel de la Cocina Criolla de inspiración local, con platos
que incluyen productos autóctonos de Carora que por su naturaleza está unida
inseparablemente al arte culinario.
Desde niña, en su casa paterna,
aprendió todos los secretos ancestrales de la cocina. Práctica común entre los
descendientes de familias de bien, su protectora y maestra fije Doña Ramona Suárez
de Barrios Segovia, guardián de los secretos de la cocina de la familia pertenecientes
a sus antepasados. Le enseñó el secreto del amasado de los panes dulces de Tunja,
catalinas, amasijos; lecciones de los oficios del hogar que sólo se aprender si
la prueba le exige al máximo; lecciones que nunca se olvidan de lodo lo hecho a
mano, de esa gran escuela de la misma prosapia surgieron Rosario ‘Chayo
Barrios’ y Alberto ‘Beto” Pérez Barrios, do los más granados y auténticos
preceptores da la alta cocina que perfeccionaron con gran maestra el arte culinario
carorero en nuestra era moderna.
Mercedes Romero, con su enérgico
espíritu campechano, inventó dentro de su variado repertorio de comidas, el
genuino sentir de los sabores, logró el punto indicado, con magistral precisión
el toque mágico de los sabores, coloras y olores que caracterizaron su .
exquisito menú: Sopas, hervidos, mondongos, carnes fritas, carne mechada,
chicharrones de pulpa adobados, chicharrones trancos de cerdo, longanizas,
pimpinelas, hallacas, tungos, asadura de chivo, olleta de gallo, caraotas
refritas, puré de caraotas negras, asado negro y demás delicias al homo, dulces
criollos, encurtidos, vinagreros, sueros picantes, biscuyes, sus/es quesos de
cabra, de mano, crinejas, lodos una delicia de la auténtica cocina casera de
Doña Mercedes Romero, que supo combinar sus saberes para lograr sabores de
aromas irresistibles que caracterizaron nuestra gastronomía, donde todos nos
rendíamos ante su gran maestría en el fogón, en el suave y delicado sabor,
gustoso, jugoso y agradable al paladar, único de su lomo prensado, además, de
su exquisito pabellón sazonado con biscuye, huevos criollos revueltos con tomates,
cebollas y cilantro, degustados con arepitas, crema, suero, queso rallado,
aguates, ensaladas, arroz aliñado, dulces de lechosa y toda suerte de
plalicos que le gusta de sobremanera al caroreño, y disfrutar ele placer cuando
lo recibimos en la mesa, junto a un cafecito o al aperitivo medicinal indicado
para el alma y el cuerpo, el cocuy 56, especie en extinción.
A finales de los años treinta contrae nupcias con Ada- lis Sisirucá y
recibe la herencia y demás dotes, de la familia materna y paterna, como regalo
de bodas recibe uña granja con su casa de campo, con una gran ex tensión de
terreno; sembrada de grandes árboles frutales, corrales de ganado, chivos y
gallinas, estancia campestre, situada en Las Palmitas, a pocos kilómetros de
Carora, muy cerca de la antigua vía que utilizaron nuestros antepasados para
trasladarse a sus haciendas y que otros utilizaron para buscar mejores
realidades de trabajos por los campos petroleros. Con el correr de los años,
siendo Mercedes Romero una mujer de gran perspicacidad y experta en la cocina,
decide instalar en su granja campestre su propio negocio y así nace el
Restaurant Las Palmitas. Con la inauguración de la carretera Lara — Zulia, el
Restaurant ‘Las Palmitas’ de Doña Mercedes Romero de Sisirucá se convirtió en
una encrucijada de caminos, por donde uno podía entrarle por los lados de los
apetitosos platós y sus ingredientes que exquitos preparaba Mercedes para los
viajeros. También se le entrar por las invitaciones
a comer allí, por los lados de los hacia dónde íbamos; por los lados de
los lugares hacia
veníamos y por los lados de las tertulias y anécdotas de Ia buena mesa,
territorio super
poblado en esta geografía caroreña, Mercedes Romero hizo de Las Palmotas
la cuna del
Lomo presando; un pedazo .de pulpa del lomo del cerdo, que en verdad se
trala de un delicado plato que lleva una preparación harto laboriosa, menguado
fruto, para degustarlo en ocasiones es ya que es una delicia al paladar. La
cocina de Mercedes Romero, en su Restaurant Las Palmitas es cultura, y la
cultura caroreña es perfectamente comestible y bebestible y no se parece a
otra. Los personajes más famosos de Venezuela tuvieron privilegio de conocer
dicha cultura, de haberlas comido y bebido, es decir, haberlas vivido.
Indirectamente le dieron fama y prestigio a la gastronomía local por
todo el país, donde erróneamente catalogaron a Adelis Sisirucá como el creador
de esos platos, pues, Don
Adelis nunca fue cocinero, solamente fue el relacionista público y copropietario
del restaurant. El legado de la comida criolla lo fortaleció y lo consolido por
más de cinco décadas, Mercedes Romero, dueña y señora que amé con desaforado
amor su oficio, su arte de la cocina.
Inocencia de las Mercedes
Romero del Romeral, como la llamaba su primo hermano Arturo Querales, al pernotar
en la vieja estancia, rumbo a Los Caños de cacería o de pesca, nació en Carora
el 28 de Diciembre de 1916. Hija de Rosa Ana Romero Oropeza y Alberto Barrios
Segovia. Desde las pátinas de la historia seguirá siendo siempre orgullo y
ejemplo entre los grandes valores femeninos de esta tierra, llena de glorias
imperecederas, Mercedes Romero, murió el 10 de Julio de 2000, a los 83 años de
edad, muerte enlutó el corazón de un pueblo.
Mercedes Romero fue una gran
mujer, realmente inolvidable para quienes tuvimos la dicha de estar tan cerca
de su afecto y de su vida ejemplar Ahí, donde todo lo humano se da y todo se
pierde; en la viña del señor, donde las ilusiones nacen y con el devenir de la
pleamal mueren.
Le rendimos tributo a una gran
mujer que no buscó fama, honores ni dinero, sólo la motivación, el deseo de
servir humildemente a la pobre humanidad doliente, por ello, Dios la bendijo al
colocarla al frente de la «Cocina de los Ángeles, en la cima del cielo.