lunes, 26 de septiembre de 2016



Chayo Barrios y sus ochenta años, en tributo y homenaje.

                                                                                                                                       Alejandro Barrios Piña.

    En esta mañana nos convoca el encuentro, el fraterno saludo de familiares y amigos, quienes nos hemos concentrado alrededor de una persona que es un símbolo para la familia Barrios así como también para todo el Barrio Torrellas, me refiero a la dualidad de tía y madre al mismo tiempo, Francisca del Rosario Barrios Suárez, para todos Chayo Barrios, quien guarda en su cabeza entre canas-toda la historia de la familia, el inmenso sentimiento de cariño para todos sus sobrinos y todos los secretos de la más pura gastronomía criolla caroreña.

Sus manos han tejido con bella manufactura las ollas y platos de la sensacional Y apetecible comida, sus toques originales de aderezo han vestido con suma originalidad, as sopas, las ensaladas, las carnes, las tortas y hasta el colonial potaje de la resbaladera. Pero, en el fondo como es la conducta de los viejos maestros, ella es humilde, algunos de sus platos como las hallacas, por ejemplo, han salido a otras latitudes, han surcado las fronteras patrias.

   Chayo siempre es permanentemente alegre, algunas veces su alegría se la han fracturado, las pocas enfermedades sufridas, la partida física de un familiar o un amigo. Es entusiasta, festiva, su corazón, muy bueno por cierto, es igual a su casa de ventanas. y puertas abiertas para el noble y bello sentimiento de la amistad, el compartir, la solidaridad y su mejor virtud, su entrega total.

Como entusiasta torrellera es una fanática pasional del equipo Torrellas B.B.C., lleva en su sangre las emociones de tristeza y alegría, de la leña verde y el color verde de u equipo, la ví muchas veces cuando el equipo perdía que salía a la calle con el más fuerte coraje a enfrentarse a los gritos y las bromas que le proporcionaban cuando ganaba el Liceo B.B.C, Eduardo Chávez y Alonso Zubillaga, pero ella siempre salía a enfrentarlos. Pero cuando ganaba el Torrellas demostraba toda a fuerza de su alegría y la casa era una fiesta. También es fanática del equipo Magallanes. Otros recuerdo de mi infancia es que ella permitía y lo practicaba, por poco tiempo el juego de carnaval con agua.

  Chayo es fuerte y muy versátil. Nunca en ella se ve la más mínima demostración de cansancio, recuerdo los pocos días lluviosos que tenemos en Carora que ella a excepción  de la primera- caída de lluvia se bañaba en el corredor de la casa en todos los inviernos aunque fuera de madrugada, la acompañaba mi hermano Orlando El Papa en todas esta travesuras.
    Como estamos en este ambiente, en este templo de Dios, ella ha visto desfilar bellos y tristes recuerdos, ángeles de alegría, ángeles del dolor, pero así es la vida, mi querida Chayo. Pero tu otra pasión la encierran estas paredes de esta iglesia - que está sembrada - sobre las ruinas de un manicomio. La Virgen de Coromoto tu compañera y celosa protectora de ayer y de siempre, y en tributo a ella has hecho - de manera consuetudinaria con tus hermanas coromotanas las peregrinaciones desde- los años cincuenta, En estas mujeres veo siempre el hermoso testimonio de la fuerza, tenacidad por la unión, la cual siempre ha demostrado a lo largo de su-historia la mujer caroreña.
Chayo, mi madrina, dos formas de llamarte de ese nutrido grupo de sobrinos y ahijados que pasan del centenar y medio para pedirte la bendición y ofrendarte el más puro respeto y el cariño que se prodiga a in ser querido.

   Dos columnas mudadas desde El Calvario, el barrio más antiguo de Carora, montaron tu hogar. Chayo, Nicolás Barrios y Hercilia Suárez nuestros abuelos nos tornearon a todos, nuestros de donde provenimos, todos tributarios de la tierra a excepción de Chayo. Ramona, Juana, Lucina, Elena, María, Ignacio, Alejandro, José y Rosario) la última de la generación de esa familia fundadora del Barrio a quienes sacó el Río. Morere del Calvario en 1916, pues desde Ignacio hasta Chayo todos tienen sus ombligos y llantos infantiles guardados en el viejo cuarto doblado de bahareque que hoy sirve de tu aposento. 

   En esa casa de la calle Monagas, la primen según el escritor Víctor Julio Ávila construida con barro y madera humedecida, en estos cardonales y cuando tu naciste, 8 años después de la inundación, ya la madera y el barro se habían templado como es tu vida, allí creció una inmensa familia. “La Otra Casa”, para algunos de tus sobrinos, a que “las Barrios” para la mayoría, es la copia austera y humilde de las viejas casas andaluzas con las características de tres patios: el patio del olor con las flores, las matas  de albahaca,. hierbabuena, el níspero que ambientan el sentido del olfato, el patio del sabor donde surge la buena y gustosa comida, el área protagonista de esa vieja casa, ya que es el recibo, es el sitio de la tertulia, la buena conversa, que la concluye la sopa, el mondongo y un plato de comida. Es el lugar donde se percibe el calor humano, el encuentro, la fraternidad. Y también la temperatura de la cocina a decir con esas salidas ocurrentes y humorísticas de Rata Acosta “la cocina de que las Barrios la encienden a las cinco de la mañana y la apagan de madrugada” Y el patio del hedor el lugar dispuesto para el viejo y desaparecido sanitario, las gallinas, los chivos y el caballo de Don Nicolás.

  Chayo aquí estamos todos, en esta acción de gracias, tributándole a Dios esta emoción y hay muchos, que desde el cielo nos están acompañando, todos reunidos celebrando con la-vida este momento tan feliz, tus ochenta años, es la fiesta familiar y el reencuentro, donde tributamos con nuestra presencia y el abrazo, la más querida y pura emoción que sentimos por un ser tan querido, mi amada tía y madre, Chayo. Que el Señor y la Virgen de Coromoto derrame abundantes bendiciones sobre ti y te de mucha salud.

Carora, sábado, 13 de marzo de 2004.



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