lunes, 26 de septiembre de 2016

              Un ángel de la cocina, Mercedes Romero de Sisirucá.

Julio Querales. Memorias. El Caroreño. 12 de junio de 2011. Pag 18.

    A Mercedes Romero, Ángel de la Cocina Criolla de inspiración local, con platos que incluyen productos autóctonos de Carora que por su naturaleza está unida inseparablemente al arte culinario.

 Desde niña, en su casa paterna, aprendió todos los secretos ancestrales de la cocina. Práctica común entre los descendientes de familias de bien, su protectora y maestra fije Doña Ramona Suárez de Barrios Segovia, guardián de los secretos de la cocina de la familia pertenecientes a sus antepasados. Le enseñó el secreto del amasado de los panes dulces de Tunja, catalinas, amasijos; lecciones de los oficios del hogar que sólo se aprender si la prueba le exige al máximo; lecciones que nunca se olvidan de lodo lo hecho a mano, de esa gran escuela de la misma prosapia surgieron Rosario ‘Chayo Barrios’ y Alberto ‘Beto” Pérez Barrios, do los más granados y auténticos preceptores da la alta cocina que perfeccionaron con gran maestra el arte culinario carorero en nuestra era moderna.

    Mercedes Romero, con su enérgico espíritu campechano, inventó dentro de su variado repertorio de comidas, el genuino sentir de los sabores, logró el punto indicado, con magistral precisión el toque mágico de los sabores, coloras y olores que caracterizaron su . exquisito menú: Sopas, hervidos, mondongos, carnes fritas, carne mechada, chicharrones de pulpa adobados, chicharrones trancos de cerdo, longanizas, pimpinelas, hallacas, tungos, asadura de chivo, olleta de gallo, caraotas refritas, puré de caraotas negras, asado negro y demás delicias al homo, dulces criollos, encurtidos, vinagreros, sueros picantes, biscuyes, sus/es quesos de cabra, de mano, crinejas, lodos una delicia de la auténtica cocina casera de Doña Mercedes Romero, que supo combinar sus saberes para lograr sabores de aromas irresistibles que caracterizaron nuestra gastronomía, donde todos nos rendíamos ante su gran maestría en el fogón, en el suave y delicado sabor, gustoso, jugoso y agradable al paladar, único de su lomo prensado, además, de su exquisito pabellón sazonado con biscuye, huevos criollos revueltos con tomates, cebollas y cilantro, degustados con arepitas, crema, suero, queso rallado, aguates, ensaladas, arroz aliñado, dulces de lechosa y toda suerte de plalicos que le gusta de sobremanera al caroreño, y disfrutar ele placer cuando lo recibimos en la mesa, junto a un cafecito o al aperitivo medicinal indicado para el alma y el cuerpo, el cocuy 56, especie en extinción.
A finales de los años treinta contrae nupcias con Ada- lis Sisirucá y recibe la herencia y demás dotes, de la familia materna y paterna, como regalo de bodas recibe uña granja con su casa de campo, con una gran ex tensión de terreno; sembrada de grandes árboles frutales, corrales de ganado, chivos y gallinas, estancia campestre, situada en Las Palmitas, a pocos kilómetros de Carora, muy cerca de la antigua vía que utilizaron nuestros antepasados para trasladarse a sus haciendas y que otros utilizaron para buscar mejores realidades de trabajos por los campos petroleros. Con el correr de los años, siendo Mercedes Romero una mujer de gran perspicacidad y experta en la cocina, decide instalar en su granja campestre su propio negocio y así nace el Restaurant Las Palmitas. Con la inauguración de la carretera Lara — Zulia, el Restaurant ‘Las Palmitas’ de Doña Mercedes Romero de Sisirucá se convirtió en una encrucijada de caminos, por donde uno podía entrarle por los lados de los apetitosos platós y sus ingredientes que exquitos preparaba Mercedes para los viajeros. También se le entrar por las invitaciones
a comer allí, por los lados de los hacia dónde íbamos; por los lados de los lugares hacia
veníamos y por los lados de las tertulias y anécdotas de Ia buena mesa, territorio super
poblado en esta geografía caroreña, Mercedes Romero hizo de Las Palmotas la cuna del
Lomo presando; un pedazo .de pulpa del lomo del cerdo, que en verdad se trala de un delicado plato que lleva una preparación harto laboriosa, menguado fruto, para degustarlo en ocasiones es ya que es una delicia al paladar. La cocina de Mercedes Romero, en su Restaurant Las Palmitas es cultura, y la cultura caroreña es perfectamente comestible y bebestible y no se parece a otra. Los personajes más famosos de Venezuela tuvieron privilegio de conocer dicha cultura, de haberlas comido y bebido, es decir, haberlas vivido.

Indirectamente le dieron fama y prestigio a la gastronomía local por todo el país, donde erróneamente catalogaron a Adelis Sisirucá como el creador de esos platos, pues, Don
Adelis nunca fue cocinero, solamente fue el relacionista público y copropietario del restaurant. El legado de la comida criolla lo fortaleció y lo consolido por más de cinco décadas, Mercedes Romero, dueña y señora que amé con desaforado amor su oficio, su arte de la cocina.

     Inocencia de las Mercedes Romero del Romeral, como la llamaba su primo hermano Arturo Querales, al pernotar en la vieja estancia, rumbo a Los Caños de cacería o de pesca, nació en Carora el 28 de Diciembre de 1916. Hija de Rosa Ana Romero Oropeza y Alberto Barrios Segovia. Desde las pátinas de la historia seguirá siendo siempre orgullo y ejemplo entre los grandes valores femeninos de esta tierra, llena de glorias imperecederas, Mercedes Romero, murió el 10 de Julio de 2000, a los 83 años de edad, muerte enlutó el corazón de un pueblo.

 Mercedes Romero fue una gran mujer, realmente inolvidable para quienes tuvimos la dicha de estar tan cerca de su afecto y de su vida ejemplar Ahí, donde todo lo humano se da y todo se pierde; en la viña del señor, donde las ilusiones nacen y con el devenir de la pleamal mueren.

  Le rendimos tributo a una gran mujer que no buscó fama, honores ni dinero, sólo la motivación, el deseo de servir humildemente a la pobre humanidad doliente, por ello, Dios la bendijo al colocarla al frente de la «Cocina de los Ángeles, en la cima del cielo.






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