miércoles, 14 de septiembre de 2016

Perejene;La Garganta de Oro de Carora

La Garganta de Oro de Carora.
Orlando Álvarez Crespo.







   Es una tendencia universal que la amistad, la cercanía y/o la familiaridad tienda a subvalorar  la genialidad de los amigos o paisanos. De allí la enseñanza del viejo refrán cristiano “nadie es profeta en su tierra”.  El ensayista inglés Willian Hazlitt (1778 – 1830) lo decía más refinada: “La familiaridad no crea desprecio, pero quita el brillo de la admiración”. Estas palabras introductorias viene a propósito de que en el centenario barrio Torrellas nació y vivió un hombre con una de las mejores voces de Venezuela que por no haber salido de Carora no tuvo la relevancia y notoriedad para la cual tenía un don que le dio la naturaleza: su voz.

    Pedro Argenis Crespo, popularmente conocido como Perejene, nació en 1926. Era el tercer hijo del matrimonio de Alfonso Barrios (1877 – 1945) y de Segunda Margarita Crespo (1894- 1985). Perejene fue policía, vendedor de capullitos, serenatero, vendedor de polos, entre otros oficios. Algunos lo recuerdan cantando en la Radio Violeta de  Nicanor Graterol; otros vendiendo sus capullitos en las  concurridas procesiones de Semana Santa, y los más jóvenes anunciando y vendiendo helados o polos de los más variados sabores. Los muchachos de los años 50, Félix Torbello, Edecio Mendoza, Pedro León Díaz, Armando La Coca,  Enrique Díaz, entre otros, le preguntaban si tenía “polo de carota”, como nuestro personaje se molestaba lo apodaron “El Polo e Carota”.
    Cuando los hombres del mundo musical y de la radio en Carora lo bautizaron como “La Garganta de Oro” de Carora, sus vecinos del Torrellas, entre envidia y burla, lo llamaban “Garganta de Chivo”. Y es que sus vecinos y amigos debieron percibirlo más como un personaje rústico que como el verdadero tenor que era Pedro Argenis Crespo. Doña Ana Mosquera de Gatica, de 100 años, vecina de Perejene,  aun recuerda con nostalgia su “increíble” voz cuando cantaba en las mañanas.

    Perejene desde joven se  estrenó como serenatero, deleitó a los vecinos desde la “Violeta” con “sus” rancheras y boleros; cantó en Radio Carora y en el Teatro Salamanca. Pero su “gran debut” lo hará el primero de abril de 1958, en el primer aniversario de  la inauguración del Cine Estelar cuando es contratado por la Radio Corporation of America (RCA Victor) de New Jersey, para acompañar a la actriz y cantante mexicana Rosita de Castilla (1930) conocida como Los Ojos que cantan, quien estaba en la cumbre del estrellato de la actuación y la música popular  azteca para mediados de los años cincuenta.  Dice José Adan “los americanos no tan con vainas (…) por algo seleccionaron a Perejene…” La RCA-Victor era la representante musical de muchos de las estrellas del cine mexicano.

    Rosita de Castilla tenía en su currículo la actuación en las películas “El Lobo Solitario” (1951) y la Justicia del Lobo junto a Raúl de Anda El Charro Negro; “Tal Para cual cual”, y “Los Tres Compadres alegres”, 1952, junto a Jorge Negrete y Luís Aguilar;  y varias actuaciones con Tin Tan. Artista exclusiva de la Productora Mier and Brooks.  A pesar de sus habilidades para la actuación, será en el canto en donde mantendrá su carrera artística.
     Junto a Rosita de Castilla, cuyo nombre verdadero era María Victoria Ledesma Cuevas,  estaba la estrella del cine mexicano Miguel Manzano Sáenz (1907-1992) que tenía  en su haber la actuación de primera línea junto aJorge Negrete en “La Madrina del Diablo”, 1937; con Cantinflas en “Ustedes los ricos”. Su fama se apuntala en 1948 por su  actuación en  “Don Manuel de la Colina y Bárcena”, junto  con Pedro Infante y  Blanca Estela  Pavón. En 1950 vuelve  actúan con El Ídolo de Guamuchil, en Las Mujeres de mi General”.  Además de esa trayectoria, cuando llega a Carora, (lo hizo varias veces) viene de actuar en “Dicen que soy Comunista”, “Cárcel de Mujeres” “Mátenme porque me muero, El Bombero Atómico”, con Tin Tan; La Ilusión viaje en Tranvía; La Cucaracha, con María Félix; “Cada hijo una cruz”, entre otras.

    Con esas dos estrellas de la música y del cine dorado de México subió al escenario estelar Pedro Argenis Crespo quien tenía la extraña y exquisita capacidad de cantar alternativamente con voz de mujer y voz de charro. Podía cantar pues como un contratenor  y como una mezzosoprano. Perejene podía hacer registro de voces femenina sin falsete puesto que era un sopranino natural, un don que la providencia concede a uno entre diez millones.  Los agentes musicales de la RCA-Victor, previo a la presentación de aquel primero  de abril, habían “pulsado” el talento musical de Carora y escogieron al que los vecinos se atrevieron a llamarlo “Garganta de Chivo” o Polo e carota. No transcendió debido a que nunca conoció otro escenario  que el enfeudado y encadenado mundo caroreño… Nadie es profeta en su tierra; lo dijo Cristo después de predicar en Cafarmaun.  A ese humilde “polero”  a quien los “tripones” de su barrio la llamaban Garganta de chivo la naturaleza lo había premiado con un don que se registra uno entre diez millones de seres humanos.

   Pedro Argenis Crespo quien las tardes y noches solía hacer unas interminables competencias con su colega Manuel Felipe  Álvarez, El Manolipe, murió el sábado 17 de septiembre de 1966.

    Post: Nos comentó marlón Mendoza, su sobrino, que los mexicanos intentaron llevárselo, pero la familia le “prohibió” ausentarse.

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