La Garganta
de Oro de Carora.
Es una
tendencia universal que la amistad, la cercanía y/o la familiaridad tienda a
subvalorar la genialidad de los amigos o
paisanos. De allí la enseñanza del viejo refrán cristiano “nadie es profeta en
su tierra”. El ensayista inglés Willian Hazlitt
(1778 – 1830) lo decía más refinada: “La familiaridad no crea desprecio, pero
quita el brillo de la admiración”. Estas palabras introductorias viene a
propósito de que en el centenario barrio Torrellas nació y vivió un hombre con
una de las mejores voces de Venezuela que por no haber salido de Carora no tuvo
la relevancia y notoriedad para la cual tenía un don que le dio la naturaleza:
su voz.
Pedro Argenis Crespo, popularmente conocido
como Perejene, nació en 1926. Era el tercer hijo del matrimonio de Alfonso
Barrios (1877 – 1945) y de Segunda Margarita Crespo (1894- 1985). Perejene fue
policía, vendedor de capullitos, serenatero, vendedor de polos, entre otros
oficios. Algunos lo recuerdan cantando en la Radio Violeta de Nicanor Graterol; otros vendiendo sus
capullitos en las concurridas procesiones
de Semana Santa, y los más jóvenes anunciando y vendiendo helados o polos de
los más variados sabores. Los muchachos de los años 50, Félix Torbello, Edecio
Mendoza, Pedro León Díaz, Armando La Coca,
Enrique Díaz, entre otros, le preguntaban si tenía “polo de carota”,
como nuestro personaje se molestaba lo apodaron “El Polo e Carota”.
Cuando los hombres del mundo musical y de
la radio en Carora lo bautizaron como “La Garganta de Oro” de Carora, sus
vecinos del Torrellas, entre envidia y burla, lo llamaban “Garganta de Chivo”.
Y es que sus vecinos y amigos debieron percibirlo más como un personaje rústico
que como el verdadero tenor que era Pedro Argenis Crespo. Doña Ana Mosquera de
Gatica, de 100 años, vecina de Perejene, aun recuerda con nostalgia su “increíble” voz
cuando cantaba en las mañanas.
Perejene desde joven se estrenó como serenatero, deleitó a los vecinos
desde la “Violeta” con “sus” rancheras y boleros; cantó en Radio Carora y en el
Teatro Salamanca. Pero su “gran debut” lo hará el primero de abril de 1958, en
el primer aniversario de la inauguración
del Cine Estelar cuando es contratado por la Radio Corporation of America (RCA
Victor) de New Jersey, para acompañar a la actriz y cantante mexicana Rosita de
Castilla (1930) conocida como Los Ojos que cantan, quien estaba en la cumbre
del estrellato de la actuación y la música popular azteca para mediados de los años
cincuenta. Dice José Adan “los
americanos no tan con vainas (…) por algo seleccionaron a Perejene…” La
RCA-Victor era la representante musical de muchos de las estrellas del cine
mexicano.
Rosita de Castilla tenía en su currículo la
actuación en las películas “El Lobo Solitario” (1951) y la Justicia del Lobo
junto a Raúl de Anda El Charro Negro; “Tal Para cual cual”, y “Los Tres
Compadres alegres”, 1952, junto a Jorge Negrete y Luís Aguilar; y varias actuaciones con Tin Tan. Artista
exclusiva de la Productora Mier and Brooks. A pesar de sus habilidades para la actuación,
será en el canto en donde mantendrá su carrera artística.
Junto a Rosita de Castilla, cuyo nombre
verdadero era María Victoria Ledesma Cuevas,
estaba la estrella del cine mexicano Miguel Manzano Sáenz (1907-1992)
que tenía en su haber la actuación de
primera línea junto aJorge Negrete en “La Madrina del Diablo”, 1937; con
Cantinflas en “Ustedes los ricos”. Su fama se apuntala en 1948 por su actuación en
“Don Manuel de la Colina y Bárcena”, junto con Pedro Infante y Blanca Estela
Pavón. En 1950 vuelve actúan con
El Ídolo de Guamuchil, en Las Mujeres de mi General”. Además de esa trayectoria, cuando llega a
Carora, (lo hizo varias veces) viene de actuar en “Dicen que soy Comunista”,
“Cárcel de Mujeres” “Mátenme porque me muero, El Bombero Atómico”, con Tin Tan;
La Ilusión viaje en Tranvía; La Cucaracha, con María Félix; “Cada hijo una
cruz”, entre otras.
Con esas dos estrellas de la música y del
cine dorado de México subió al escenario estelar Pedro Argenis Crespo quien
tenía la extraña y exquisita capacidad de cantar alternativamente con voz de
mujer y voz de charro. Podía cantar pues como un contratenor y como una mezzosoprano. Perejene podía hacer
registro de voces femenina sin falsete puesto que era un sopranino natural, un
don que la providencia concede a uno entre diez millones. Los agentes musicales de la RCA-Victor,
previo a la presentación de aquel primero
de abril, habían “pulsado” el talento musical de Carora y escogieron al
que los vecinos se atrevieron a llamarlo “Garganta de Chivo” o Polo e carota.
No transcendió debido a que nunca conoció otro escenario que el enfeudado y encadenado mundo caroreño…
Nadie es profeta en su tierra; lo dijo Cristo después de predicar en Cafarmaun.
A ese humilde “polero” a quien los “tripones” de su barrio la
llamaban Garganta de chivo la naturaleza lo había premiado con un don que se
registra uno entre diez millones de seres humanos.
Pedro Argenis Crespo quien las tardes y noches
solía hacer unas interminables competencias con su colega Manuel Felipe Álvarez, El Manolipe, murió el sábado 17 de
septiembre de 1966.
Post: Nos comentó marlón Mendoza, su
sobrino, que los mexicanos intentaron llevárselo, pero la familia le “prohibió”
ausentarse.
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