sábado, 2 de julio de 2016

Mandatarios nacionales en el Torrellas.

Mandatarios nacionales en el Torrellas.
                                                       
                                                                          Orlando Álvarez Crespo.


Miembros de la Junta Directiva de la Benefica, años 40


      El General Isaías  Medina Angarita (1897-1953) sucedió en la Presidencia de la República al General Ezequiel López Contreras ¡. Le correspondió “administrar” la transición democrática en Venezuela. Como Presidente de la República históricamente tiene un saldo positivo en este país de tan nefastos gobernantes. Fue en primer término un gran civilista a pesar de su condición castrense y andino. Llegó a ser muy querido por todos los sectores de la población venezolana. Durante su Gobierno se hizo acompañar  de los hombres más preclaros del país (entre ellos el Dr. Pastor Oropeza)  con los cuales  pudo llevar adelante importantes obras para la modernización de la Nación.
    Medina Angarita visitó nuestra  ciudad el 25 de julio de 1943 en ocasión de  inaugurar el Dique que protege a la ciudad de las eventuales arremetidas y bravuconadas de “ese hijo de miel de perezoso curso”. Llego acompañado del Presidente del estado Lara, el general León Jurado Rovero (1874- 1959), (que ordenó construir las aceras en el centro de la ciudad); del merideño Esteban Chalbaud Cardona (hijo), jefe de la Casa Militar y de un muy pequeño grupo de personas más. Una de nuestras fuentes sostiene que en esa ocasión el vehículo donde viajaba el Presidente sufrió un accidente y sería auxiliado por Néstor Álvarez   quien se llevó tremenda sorpresa al constatar  el Presidente de la República siendo un militar viaja  prácticamente sin escoltas.
    Que antiguamente un Presidente de la República  visitara a Carora y llegara al Club Torres es algo “normal”, pues allí están las “fuerzas vivas” de la ciudad y no da espacio para aspavientos; pero  que visite al barrio Torrellas, “el barrio de los adoberos”, ya es otra vaina. El Presidente Medina Angarita, en la fecha referida, estuvo departiendo en una casona del barrio donde cuatro años más tarde será el Club Social y Deportivo Picatierra por Pastor Piña. Y hasta se tomó un par de cervezas y se comportó como cualquier ciudadano de a pie y que se confundía entre los presentes recordaran tiempo despues más antiguos del barrio. Para aquel día la aristocracia del barrio debió haber lavado, almidonado y planchado muy bien sus más elegantes perchas. Los torrelleros principales agradecieron al Presidente de la República y al Presidente del Estado la construcción del Dique en virtud de ser una obra muy sentida por Carora y particularmente por el Torrellas; sector éste que hacía escasos seis años había sufrido los embates de un tormentosa inundación que  causó  la mudanza hacia el sector El Transandino, dando origen después al Barrio Obrero Libertador y su recuerdo aún estaba muy fresco.
      Otro Presidente; el segundo en visitar al hoy “centenario” barrio,  en la pasada centuria, fue Rómulo Betancourt (1908 – 1981). Ya antes, en 1946, cuando presidió la Junta Revolucionaria de Gobierno que derrocó a Medina Angarita, estuvo en Carora inspeccionando la construcción del edificio de la “Concentración Escolar”  la cual había sido iniciada por el Gobierno anterior y que luego será rebautizada con el nombre de Grupo Escolar Dr. Ramón Pompilio Oropeza. Pero en esta ocasión no  visitará al polémico y contradictorio barrio ni tampoco lo hará en sus tiempos de perseguido político de la Dictadura perejimenista aunque sí estuvo en Carora y sus alrededores enconchado en varias oportunidades. Una de éstas, a mediados de 1953, traído a la ciudad disfrazado de cura por el Dr. Ambrosio Oropeza, su amigo personal,  debió ser reubicado en un lugar más discreto en virtud de una amenaza de delación que les hiciera Don Augusto Álvarez por comunista. Otra vez estuvo “enconchado” en una granjita. La Potrera, de Rafelito Montes en las inmediaciones de Gordillo.
     En las primeras elecciones presidenciales que siguieron a la caída del régimen dictatorial de marcos Pérez Jiménez, resultó triunfador Rómulo Betancourt. Toma posesión  del cargo el 13 de febrero de 1959 y el 29 de junio del mismo año viene a nuestra ciudad en ocasión de la Clausura de la VI Feria Agropecuaria de Carora. En el Parque Ferial estará rodeado de quienes apenas seis años atrás lo habían rechazado por “comunista”. Dicen algunos viejos que en aquella oportunidad  Betancourt rememorando dijo “como cambian los tiempos…” y un prominente ganadero caroreño, godo y copeyano, le corrigió sarcásticamente “No. Presidente el que ha cambiado es Usted…” ¡Que dirían los Ferrer y los Chávez…¡
     En horas de la cálida mañana Betancourt visita el Torrellas. Para entonces coincidían las Ferias Agropecuarias con las Fiestas Patronales casi confundiéndose. La Democracia puntofijista se estrenaba y había que lanzarle atenciones, deferencias y halagos a los sectores populares… En el Torrellas  se montó  una tarima frente al Bar de Requena Crespo, en la calle Ramón Pompilio Oropeza. Desde allí hablo el Presidente y “disfrutó” de la primera jornada de los toros coleados dedicados a su persona. En aquella ocasión “el Padre de la Democracia” venezolana dijo: “Nosotros  estamos haciendo una política de entendimiento nacional. No enfrentamos unas clases con otras…” Era la época en que Betancourt aún debía “demostrarle” a la Burguesía nacional y a Tío Sam, que no era comunista. Es de imaginarse el arrecheron que debió agarrar el camarada más fanático de Carora, Carlos Ferrer (Q.E:P.D), al enterarse de la presencia y al oír  vidriosa voz del “Cara e Sapo”.
     Por si acaso un atentado contra el Presidente Betancourt allí estaban dos caroreños vigorosos y “armados hasta los dientes”: el Cuchare Chávez, escolta del Gobernador de Lara, Eligio Anzola Anzola; y  Marcos Alvarez El Chirre, torrellero, a la sazón sargento de la Escolta Presidencial. Esta  vez, a diferencia de la llegada de Medina Angarita,  si hubo un despliegue militar en el barrio… Los tiempos habían cambiado. El Presidente se fue “pa que los ricos”, pero en el Torrellas  siguió la fiesta…   Se habían programado una jornada de Toros Coleados la cual estuvo  bajo la responsabilidad de Don Nicolás Barrios. Se instalaron los carruseles en la calle Ramón Pompilio Oropeza entre la Calvario y Las Brisas.  Recuerda uno de los primeros niños de la calle de Carora (hoy sexagenario) que en aquel entonces cuando  él recogía botellas, una cerveza pequeña costaba Real y Cuartillo, esto es, Bs. 0,62  y una Media Jarra (que no se calentaba) costaba Un bolívar con medio.
   En la fiesta que siguió  a aquella histórica visita se recuerda que perdió su mano derecha, mientras manipulaba un traicionero mortero,  el famoso carpintero Pedro Pinto a quien  los caroreños comenzaron a  llamar “El Mocho Pinto”.  También salvó la vida milagrosamente Víctor Madrid, el popular “Cobre Dulce” cuando un atormentado toro lo embistió.

     A finales de octubre de 1963, en plena campaña electoral, el Dr. Rafael Caldera, candidato de COPEI, recorre las calles del Torrellas y  en esa oportunidad visitó la casa  de Luis La Chuenca Crespo. Casi diez años después, el 23 de junio de 1973, el Presidente Rafael Caldera estuvo almorzando en casa de las Barrios donde degustó la sazón de la tradición culinaria  caroreña en su más genuina  fuente.

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